Viesca. Identidad e Historia

En lo que va de la administración del gobernador Rubén Moreira, Viesca, cambió, luego de ser en los cincuentas, todavía un oasis. Estaba enclavado en el semidesierto lagunero y contaba con varios manantiales. Por las presas que le construyeron a los ríos Nazas y Aguanaval y la sobreexplotación de los mantos acuíferos, este pueblo pasó a ser un páramo, se quedó sin agua. Por fortuna, hoy es un hermoso Pueblo Mágico en desarrollo. Viesca cuenta con más vías de comunicación, con una Plaza de Armas, ampliada y remodelada, con más infraestructura, con dos pequeños hoteles y algunas fondas y restaurantes, se están transformando las fachadas de las casas, se reparó el pavimento de las calles, se construyó una hermosa Infoteca. Están dadas las condiciones duraderas para el nuevo desarrollo y para recomponer y fortalecer el tejido social promoviendo las tradiciones de Viesca.

 Y ahora la publicación del libro de los investigadores de la Facultad de Ciencias Políticas de la UAdeC, coordinado por la doctora Hilda Georgina Hernández, “Viesca: identidad e historia”, ayudará al desarrollo cultural y social de este pueblo. Viesca desde los años cincuenta, cuando se agotaron los manantiales, quedó fuera del desarrollo de La Laguna. Actualmente el turismo es una alternativa para generar actividades comerciales. Desde que se cerró la fábrica de sal, no se vislumbraban esperanzas de nuevas actividades económicas.

Este libro, es un instrumento para el fortalecimiento de la identidad del viesquense, de aquel que ha salido de Viesca, pero que no ha permitido que Viesca salga de su corazón, aunque viva en Torreón, en la Ciudad de México, en Dallas, Texas, en Chicago o en cualquier parte del planeta. 

Sin duda, necesitamos saber quiénes somos, de dónde venimos, cómo nos forjamos los viesquenses, en el mero corazón de esta área semidesértica, seca, salitrosa y con una gran escasez de agua. Hay tanto salitre, incluso en el ambiente, que al fin del día, la ropa queda mapeada, por las curvas del salitre. Aquí en este páramo, que antes fue oasis, necesitamos saber quién es el otro, porque en el interior de cada uno de nosotros, está la esencia de los hombres que con tesón aprendieron a convivir con este desierto.

 Cuando acompañaba a mi tía Adela a recolectar mezquites, hace más de 50 años, en Viesca, rumbo a Parras, por donde está el vaso de la laguna de Viesca, todavía llegaba agua del río Aguanaval. Había un bosque de mezquites, hoy esos terrenos están casi pelones, ya no tienen mezquites-árboles, solo mezquites-arbustos. 

Por eso sostengo que nosotros no hemos vencido al desierto, porque en los últimos 50 años, estas tierras áridas, en vez de disminuir, han crecido, el desierto se ensancha y se profundiza. Pero a pesar de ello los viesquenses nos seguimos aferrando, a estas tierras salinas. Y cada día, aprendemos a convivir más con este desierto. Con las reverberaciones de los calores y los terregales. En estos días las temperaturas han estado cada vez más desafiantes, apenas entrando el verano. 

Este libro nos trae a la memoria, cómo era Viesca, con sus acequias, sus manantiales, sus parcelas, sus norias en las casas, y sus huertos familiares. Lo que nos dejan en este texto, los investigadores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, es la reconstrucción histórica de Viesca. En el libro encontraremos fotografías e imágenes de cómo era este pueblo, de sus habitantes, también historias orales producto de las entrevistas individuales y colectivas, así como historias de vida y de las tradiciones y las costumbres de Viesca. 

Mi tía Adela Vélez, que al día que la entrevistaron, tenía cien años, nos deja este testimonio: “Había tiendas muy grandes, como la de los Kabande, había muchas tiendas aquí grandísimas y casas grandes también, había muy bonitas fincas”. En otros tiempos, en las plazas, había rosas de castilla, por todos lados. Como dice don Jesús Trinidad López Juárez “¡La plaza estaba hasta la madre de amapolas! […] ”. 

En tanto que no es posible ver directamente al pasado,  una de las formas de acceder a él, es a través de la oralidad y de las huellas que los eventos han dejado. Este trabajo nos deja el reto, de seguir recuperando la historia de Viesca, y sobre todo garantizar su preservación, ello implica que también nuestros archivos, que son fuentes primarias, el parroquial y el municipal se resguarden. 

Salvador Hernández Vélez

jshv0851@gmail.com