El voto coahuilense

Sobre las pasadas elecciones del 4 de junio, diferentes personas han manifestado que en la elección de gobernador hubo fraude. Y hasta ahora, a casi un mes de las elecciones, nadie ha dicho que hay que anular tal o cuál elección de diputado local, o bien de alguna presidencia municipal. Entonces, los funcionarios de casilla, que fueron los mismos para las tres elecciones, ¿en el caso de las de alcaldes y de diputados locales, sí procedieron bien? En los hechos, así lo aceptan, pues no los han cuestionado. Sin embargo suena incongruente, porque los funcionarios electorales en la urnas no fueron diferentes, esto es no hubo unos para la elección de gobernador y otros para las otras elecciones. Ni tampoco hubo representantes de partido diferenciados para cada elección. En consecuencia, sí tienen las actas de las elecciones de alcaldes y de diputados, pero no las de gobernador.

Otro aspecto que se manifestó en las pasadas elecciones – en donde compitieron 15 partidos– es que el voto coahuilense es un voto diferenciado. Lo anterior exhibe a un elector que optó con base en sus propias razones, más por los candidatos que por los partidos. Por ejemplo en Saltillo, tanto Manolo Jiménez, candidato del PRI a la alcaldía, como la candidata del PAN, Esther Quintana, obtuvieron más votos que los candidatos a gobernador. Lo mismo sucedió en Torreón y en Monclova. Y también en otros municipios. Este voto diferenciado hizo que hubiera alternancia en Saltillo y en Torreón. Sin embargo no sucedió en Monclova, ni tampoco en el estado. El resultado de la elección de diputados locales, refleja que los electores, optaron por un gobierno dividido. Esto es el gobernador electo del PRI no contará con mayoría en el Congreso Local, situación que no sucedía desde la elección de diputados en 1996, donde el tricolor solo obtuvo la mitad de las curules. Fueron 16 para el Revolucionario Institucional y 16 para las oposiciones.

Después de 21 años, de siete legislaciones locales, el PRI no tendrá mayoría en la Cámara Local. El tricolor será el grupo legislativo con más diputados (10), luego el albiazul con 9, el partido Unidad Democrática de Coahuila con 3, Morena con 2 y el PRD con uno. El voto de los ciudadanos coahuilenses solo permitió que llegaran cinco partidos al poder legislativo y dejó fuera a diez. De 6 partidos locales que compitieron, 5 quedaron fuera de la competencia para el 2018 y de 9 partidos nacionales, otros 5 no recibirán financiamiento público de los coahuilenses. El voto coahuilense sin duda apostó para que haya menos institutos políticos, en el sistema de partidos del estado y lo lograron, ya que pusieron a cada uno en su justa dimensión. Y todo apunta que en el 2018, esta tendencia, sacará a otros tantos partidos nacionales de las futuras contiendas electorales.

El voto coahuilense no favoreció para que algún candidato independiente obtuviera un puesto de mayoría, en la gubernatura quedaron muy lejos, y en las alcaldías y diputaciones locales nadie ganó. Javier Guerrero García estuvo muy lejos de las 200 mil firmas que consiguió para su registro. En Saltillo donde tuvo su mayor votación, más de 22 mil 700, más que quitarle votos al tricolor se los quitó al PAN. Los independientes en las elecciones del 4 de junio pasado corrieron la misma suerte que en el 2016. El furor de 2015, con el triunfo del Bronco Rodríguez, se está apagando.

El voto coahuilense el 4 de junio estuvo vigilado con la participación de ciudadanos militantes y simpatizantes de todos los partidos políticos. En la jornada participaron más de 14 mil funcionarios de casilla y más de 12 mil representantes de casilla de todos los partidos políticos, es decir, suman alrededor de 26 mil personas. Y cada partido político tuvo el derecho de designar representantes por cada casilla, así como Representantes Generales de Casilla, ante quienes se desarrollan todos los actos de la jornada, y están facultados para presentar incidencias a lo largo de las mismas. Los representantes acreditados por cada partido cuidaron de todo el proceso el día de la contienda.

En resumen podemos decir que el voto coahuilense del pasado 4 de junio fue un voto diferenciado, que dio como resultado: alternancias, gobiernos divididos, menos partidos, más contrapesos, mayor competencia, agentes políticos castigados y actores independientes ubicados en su justa dimensión.

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